Ha fallecido en España, a la edad de 57 años el dramaturgo y director de teatro cubano Raúl Alfonso, un ser humano encantador, talentoso y poseedor de una cultura extraordinaria. Pudiera calificarse como uno de los grandes intelectuales cubanos de estos últimos años. Dramaturgo, director teatral y audiovisual, profesor de interpretación y técnica vocal, comentarista danzario, narrador e investigador cultural. Nacido en la ciudad de Santa Clara, en 1966, se licenció en la facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte de La Habana, en la especialidad de Teatrología y Dramaturgia. A partir de este punto la carrera de Alfonso inicia un periplo de arduo trabajo, caracterizado por la expansión de su curiosidad creativa y artística. Comienza a colaborar con diferentes grupos de teatro, actúa y también dirige. Se vincula a la Escuela Nacional de Arte como profesor de Voz y Dicción, para luego formar parte de la cátedra de los profesores de Actuación. Su primer texto El Grito (1988) es estrenado un año después en la Casa de la Comedia de La Habana Vieja bajo la dirección de Dimas Rolando, lo que le valió el premio al mejor texto dramático en el 1er Festival de Teatro Joven de La Habana, en 1990. Desde entonces han sido numerosas las obras escritas por Raúl Alfonso; muchas de ellas presentadas dentro y fuera de la isla por varias compañías profesionales. Su último trabajo fue la realización de 66 Palabras (2023), un cortometraje de 23 minutos de duración inspirado en el dramaturgo y escritor cubano Virgilio Piñera, además de un libro titulado Cuentos Oscuros publicado por la editorial norteamericana Night Sun Ediciones en 2020.
Raúl Alfonso, como tantos artistas de la isla, sufrió ese apartheid cubano de la marginalidad, tras incomodar al régimen castrista con la mordacidad de su obra. Comenzó a viajar por varios países donde impartió clases, seminarios, a dirigir obras de teatro, hasta terminar definiendo su residencia en España. Una repentina complicación hepática ha puesto fin a su vida en la ciudad de Madrid. Es imposible abarcar la personalidad y la dimensión artística de Alfonso en breves palabras. Larga es la lista de actores cubanos que deben su formación profesional a este gran maestro, considerado uno de los mejores profesores y directores teatrales gracias a su profunda y sensible visión artística. Quienes trabajaron a su lado fueron parte de un proceso siempre enaltecedor, profundo y perfeccionista, en busca de la belleza del arte y el crecimiento interior. Quienes tuvimos la fortuna de entrar en su círculo de amigos, se nos va un ser irremplazable. Vuela alto amigo, allá nos encontramos todos tarde o temprano.